sábado, 29 de noviembre de 2008

¡Por un Plan de Estudios Democrático!




¿Y si aplicamos la teoría?


El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, cuando fue diputado nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no se presentó en el recinto cuando se debatió y promulgó la Ley de Financiamiento Educativo (26.075). Su ausencia fue de impronta para lo que devino después: desde el mes de enero hasta la fecha, el Gobierno de la Ciudad ha implementado una política de ajuste en detrimento de la escuela pública. Ya no está en riesgo sólo el salario de los docentes sino el sustento al derecho a la educación, tengamos en cuenta que se reduce el presupuesto (2009) para las escuelas públicas (200 millones) pero se aumenta el de las privadas, y que se reduce también en 64 millones el presupuesto para infraestructura, entre otros recortes.
Intentos de despidos de trabajadores estatales contratados que cumplían tareas de inclusión educativa, escuelas sin gas y calefacción, circulares que prohíben a docentes hablar con la prensa, eliminación de las jornadas de reflexión docente, criminalización de la protesta (ya sea toma o paro), implementación de listas negras, recorte de presupuesto a las cooperadoras escolares, reducción de las becas a estudiantes, entre otros, son claros ejemplos de la “nueva política”.
Esto nos da un pantallazo de en dónde estamos situados a la hora de pensar nuestra problemática puntual del Plan de estudios.

Insistimos


Luego de la aprobación de la Ley de Educación Nacional (2006), los Profesorados de Inicial y Primaria nos encontramos en un proceso de cambio del Plan de estudios. El Gobierno de la Ciudad intentó imponernos un plan inconsulto, y a eso nos opusimos firmemente las organizaciones estudiantiles (y no sólo no se consultó a las instituciones, sino que además en su elaboración participó Gestión Privada).
A partir de demostrar nuestra capacidad organizativa y de generación de espacios reales para la reflexión, el debate y la construcción de propuestas, los estudiantes ya no somos un actor inesperado. Nos impusimos como un claustro generador de opiniones fundamentadas en el trabajo, el estudio y la lucha por la formación docente que queremos.
En este momento se nos pide (desde el Infod, e incluso Directivos) que nos conformemos con “lo que hay”, y que sólo nos acotemos a cumplir con los tiempos establecidos (tiempos impuestos por las acciones de un Gobierno porteño que excluyó a la comunidad educativa de sus “planes”) para tratar de llegar a redactar un plan de estudios en el verano, resignándonos a entender la participación de algunos como el máximo alcanzable de democracia. Pero insistimos, no podemos volver a caer en la elaboración de un plan de estudios como estructuras homogéneas desde los organismos de gestión del sistema escolar, más útiles para la distribución de los horarios y los tiempos que para construir un proyecto pedagógico con la participación de todos los actores. Es decir, los planes no han sido hasta hoy concebidos a partir de la construcción de propuestas académicas institucionales, comprometidas, buscando generar docentes acordes a la realidad social, y que busquen llevar adelante una transformación de ella.
No podemos resignarnos. No lo vamos a hacer. No se puede concebir priorizar la “cultura de los papeles”, por sobre asumir la responsabilidad frente a una oportunidad única. Los estudiantes reafirmamos nuestros posicionamientos y nuestra visión de los acontecimientos sucedidos a desde el intento de imposición del Plan de estudios de Narodowski hasta hoy. No por ser tercos, sino porque se verifica día a día nuestra razón. Estamos dando una batalla de ideas, construyendo un discurso claro, rico y propositivo; y estamos avanzando a paso firme.
Al comenzar esta situación “las organizaciones estudiantiles fuimos intransigentes en un punto: es necesario llevar adelante un proceso de relevamiento, reflexión y debate en las distintas instituciones a través de jornadas donde participen activamente docentes, autoridades, estudiantes y graduados, para dar pasos concretos en comenzar un proceso de elaboración verdaderamente democrático que nos permita construir un Plan de Estudios capaz de brindar una formación acorde a los anhelos de ver egresar docentes capaces de asumir la responsabilidad de su rol, y que dispongan de herramientas teórico-prácticas para desplegar su trabajo de formas constructivas y profundamente liberadora. Sabemos que esto no se logra con discursos vacíos redactados por tecnócratas muy bien pagos, pero también muy lejos de la realidad del aula, y la de los profesorados. Nadie mejor que autoridades, docentes, estudiantes y graduados para realizar los señalamientos sobre las cuestiones a modificar, a mantener, etc., de la carrera actual.” Hoy no cambiamos de idea.
La democracia que defendemos y reivindicamos sólo tiene sentido si se acciona colectivamente. Un plan de estudios democrático y participativo se construye con todos y para todos. Hoy más que nunca es necesario que juntos nos constituyamos como sujetos activos, formando parte de un colectivo que reivindique no sólo desde las palabras sino sobre todo desde acciones concretas, las prácticas que se proclaman en nuestras aulas, que docentes y estudiantes leemos y discutimos a diario, y que solemos compartir en cada respuesta de parcial.


InterTerciarios

Por un Plan de estuidos democrático

Prórroga
Jornadas institucionales durante el 2009

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